El carácter queda reflejado en las características y los detalles que te permiten representar la personalidad del sujeto. Estos pueden ser posturas, la textura de la piel, su color, el cabello o cualquier combinación singular de estos factores. Dado que debes decidir en que fijarte, cualquier elemento que estimu tu deseo de observar es valioso, ya que tu entusiasmo enriquecerá el dibujo. No obstante, recuerda que tu labor es delicada; una caraterización poco sutil puede ser una experiencia desastrosa para un modelo que va a ver tus resultados. Aprende a evaluar tus obras de modo que puedas incrementar tus aciertos y superar las deficiencias, lo que resulta muy relevante para estudiar el caracter. Si, por ejemplo, sueles calcular mal las dimensiones, serás capaz de corregilaras cuando dibujes los rasgos del carácter.
Dibujar el carácter
Pídele a una persona mayor que pose para ti; aquellos cuyos aspectos han definido el tiempo y la experiencia estarán satisfechos de él y es poco probables que se muestren desconcertados si en el dibujo acentúas demasiado algún rasgo. Sea quien sera la persona a la vayas a dibujar (los jovenes son tan idiosincrásicos como los mayores) observa con antelación cuáles son los rasgos característicos que te permiten identificarlos. Puede tratarse de una combinación de elementos, como ser pelirrojo, tener la piel banca y pecas, o de un aspecto en concreto, como la caída del cabello sobre la nuca o la cara. Obeserva los rasgos que permiten reconocerlo, como las arrugas al soreír en una piel curtida, o la postura inclinada de un niño concetrado en un juego.
Para tus primeros retratos trata de buscar personas que parezcan afables. Además de contribuir a un estudio más alegre, un rostro despreocupado constituye todo un desafío.
Presta también atenicón ala intensidad de la luz, la dirección y el tipo de luz que se refleja en el acara del moddelo y úsala para acentuar o esfumar los rasgos según sea necesario.
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