-La fotografía: Es útil para registrar las actitudes espontáneas y fugaces del modelo, a fin de disponer de un documento de consulta en el caso de que no sea posible organizar sesiones de posado y para retratar a niños.
Realiza tu mismo la fotografía que te haga falta (actualmente las máquinas digitales facilitan esta tarea incluso a quien no es experto), ya que deben valer como referencias y no como modelos que copiar pasivamente. Ten en cuenta las deformaciones de la perspectiva y, para evitarlas o reducirlas, no te acerques demasiado a la persona. Usa, preferentemente, la iluminación natural, para no tener que recurrir al flash, cuya luz no es adecuada para hacer un retrato.
- Los boceto: Al principio habitúate (sobre todo si trabajas al natural) a hacer numerosos dibujos pequeños en los cuales estudiar únicamente las líneas generales del rostro o de la figura cuyo retrato quieres hacer. Analiza la mejor composición, el juego de luces más adecuado, las dimensiones más convenientes, etc. "Dando vueltas" al modelo. Estos bocetos, aunque realizados rápidamente, deberían requerir un esfuerzo de atenta observación, casi un esfuerzo "exploratorio" de las posibilidades estéticas que oferece el modelo: de ellas puede depender el éxito del retrato. Después de un poco de experiencia en el dibujo del rostro, te apetecerá tratar de pintarlo; entonces te serán útil realizar un estudio preparatorio, más elaborado que los bocetos, en el que resolver los eventuales problemas estéticos y en el que anotar las informaciones que te servirán para la obra definitiva.
-La ampliación: Ya pienses hacer un dibujo preciso o quieras tratar de pintar un retrato en color, te será necesario trazar sobre el soporte definitivo (papel, tela, cartón, etc) las líneas fundamentales desde las que proseguir en la elaboración de la obra. Para este objetivo puedes valerte, al menos las primeras veces, de algún recurso para ampliar sin fatiga y hasta las dimensiones deseadas el boceto o directamente la fotografía. Se emplean los conocidos proyectores para las diapositivas (agranda la imágen proyectandola sobre el soporte, así trazas el contorno principal del rostro o de la figura), o bien el epidiascopio o episcopio, un instrumento óptico mediante el cual se proyectan, aumentadas, imágenes que aparecen sobre soportes opacos (impresiones, fotografías, pequeños dibujos o bien fotocopias "reducidas" de dibujos y pinturas, etc). Son recursos prácticos, casi "trucos", que pueden resultar incluso nocivos para el crecimiento artístico de un dibujante si se limitan a depender de ellos. Más correcto, en cambio, es el método de la "cuadriculación", cuyo procedimiento es conocido también a nivel académico: hay que trazar una cuadrícula sobre la imágen a aumentar (dibujo o fotografía) y después transferir la misma retícula, con el mismo nº de cuadrados, pero más grandes en el caso de aumentar la figura o más pequeño en el caso de querer reducirla (si en la foto el cuadrado mide 5x5cm y quieres dibujar el retrato el doble de grande, en tu soporte haces los cuadrados de 10x10cm). Será fácil, de este modo, dibujar fielmente y aumentados los trazos que se ven en cada uno de los cuadrados.
-El entorno de trabajo: Si dispones de estudio propio o, al menos, de una habitación del piso en el que vives y tienes intención de dedicarte intensamente al retrato, te podrán resultar útiles algunos accesorios de decoración. Por ej: una silla, o un sillón o un pequeño sofá sobre el que hacer posar al modelo; un aparato de radio o pequeño televisor para aligerar al modelo (y a ti mismo) la fatiga del posado. Acuérdate, con este objeto, de conceder frecuentes pausas y aprovechar estos intervalos para estudiar a tu modelo en expresiones y actitudes diversas.
En estudio puedes dibujar colocando el soporte sobre un caballete vertical o sobre el plano reclinable de una mesa de dibujo pero, más frecuentemente te bastará apoyar sobre las rodillas una tablilla rígida (de madera, cartón o conglomerado) de unos 50x60cm sobre la cual habrás dispuesto el bloque de las láminas de papel o mejor una simple hoja suelta sujeta a esta (así pesa menos y por tanto cansa menos). Este sencillo equipo, competado con tus instrumentos preferidos de dibujo, te serán útiles para trabajar al aire libre, en lugares públicos o para ir (y espero que le suceda pronto) a casa de alguien que te haya encargado un retrato.
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