La técnica del pastel ofrece una riqueza de matices y colores realmente extraordiaria debido a que dichos colores permiten obtener una precisión my difícil de lograr con otros procedimientos pictóricos. Esta técnica se encuentra tan cerca de la pintura como del dibujo, por lo que sería dificil tratar de vincular exclusivamente este procedimiento a una de estas dos disciplinas artísticas. La distinción entre dibujo y pintura suele basarse básicamente en la técnica y aplicación de los colores. Generalmente se piensa que el dibujo se ocupa fundamentalmente de la línea, mientras que la pintura lo hace del color. El pastel puede considerarse tanto una técnica pictórica como dibujística, según el uso que hagamos de ella. Los pasteles pueden utilizarse para obtener efectos muy tenues y luminosos, por este motivo, su pureza fue muy apreciada por los pintores expresionistas.
En sus inicios, el pastel se utilizó para realizar ligeros realces en algunos dibujos, aunque con el transcurso del tiempo se reafirmó commo una técnica independiente con calidades claramente pictóricas. En el siglo XIX se convirtió, para los artistas franceses, en un medio excelente para la plasmación de paisajes. Sus cualidades eran perfectas para traducir las impresiones fugitivas con un marcado caracter pictórico.
La aportación cromática es precisamente una de las principales cualidades del medio, no en vano el pastel fue una técnica muy apreciada por artistas como Picasso, Balthus, Wifredo Lam o Matta, que lo utilizaban en la mayoría de los casos para hacer brotar tonos de extremada pureza, colores más explosivos sobre el fondo blanco del papel.
Fue a finales del siglo pasado cuando el pastel cumplió un papel determinante en el perído del resurgimiento del color que vivió la pintura. De este modo, desde 1877, Edgar Degas, vino utilizando el pastel y la capacidad colorista de éste en el tratamiento y composición de sus famosas cantantes de cabaret y sus paisajes costeros. También Paul Gauguin mezcló pastel con pintura a la gouache en esta búsqueda de los colores brillantes tan característicos de esta seriede pinturas que realizó durante su estancia en Tahití. Sin embargo, fueron los simbolistas los que dieron a conocer al mundo las verdaderas cualidades coloristas del pastel aplicando a la pintura. Su mayor representante fue Odilon Redon quien, a partir de 1895, tras su período de pinturas en blanco y negro, adoptó el pastel como una de sus técnicas favoritas y desarrolló bellas composiciones florales que todavía hoy en día son la envidia de muchos artistas profesionales.
A través del color, el pastel permite un trazado que se funde en una gradación tonal, en empastes y manchas que generalmente conducen al pastel al terreno de lo pictórico. En este sentido, las calidades cromáticas del pastel permiten que este procedimiento sea muy apropiado para el estudio de pequeños esbozos o composiciones de color, o como proyectos previo de cuadros al óleo. Además es particularmente apropiado para la rápida plasmación de los efectos cromáticos de la naturaleza y de los bocetos de ideas.
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