1. Como ya he dicho anteriormente el tipo de papel empleado es muy importante y de su calidad se va a desprender el resultado final de la obra. Papeles de mala calidad interfieren en la fluidez de la pintura y dificultan todavía más las ya difíciles correciones.
2. El grano o textura del papel es un factor determinante en la técnica y el efecto pictórico. Las irregularidades del grano dotan de profundidad al tono y el color de la acuarela. La elección de uno u otro tipo de grano depende del gusto de cada arista y del motivo que se desee pintar. Existen tres tipos de papel:
- Papel prensado en caliente: de superficie dura y lisa, adecuado para dibujar con lápiz, tinta y pluma. Muchos artistas consideran que su superficie es demasiado lisa la acuarela se resbala.
- Papel prensado en frío: papel texturado, semiáspero, adecuado para lavados amplios y lisos y para detalles finos de pincel. Es la más usada de las tres superficies y resulta ideal para pintores no muy experimentados.
- Papel aspero: tiene una supeficie claramente granulada. Al aplicar sobre él un lavado de color, se obtiene un efecto moteado porque el pigmento no penetra por completo sobre toda la zona. Los artistas más experimentados aprovechan esta cualidad, pero los que tienen menos práctica pueden llegar a desanimarse porque es difícil controlarla con precisión.
3. Se debbe tensar el papel antes de empezar a trabajar y hacer un lavado con agua para evitar que se combe (los papeles más pesados pueden usarse sin tensarlos previamente, pero si las técnica implica mojarlos mucho, puede ser necesario hacerlo).
4. El agua es la protagonista de la acuarela y la responsable de la luminosidad y la transparencia que la caracterizan, imposible de conseguir con ningún otro medio.
5. Las obras ejecutadas con este medio tienen un aspecto muy vivo cuando están húmedas y un aspecto más apagado y tenue cuando están secas. Esta transformación cambia el aspecto de la obra final y puede llegar a acusarse hasta en un 50%.
6. Los pinceles tienen una gran importancia en la pintura de la acuarela, por lo que siempre es
aconsejabale comprarlos de buena calidad. Los pinceles baratos no realizan bien las pinceladas y se deterioran con gran facilidad.
7. Hay que estudiar a fondo la técnica y conocer todas us peculiaridades. Se debe haber practicado las distintas técnicas antes de trabajar la acuarela ( húmedo sobre húmedo, húmedo sobre seco, rociador, lavado gradual, lavados variegados, punteado, restregado, pincel seco, etc) para poder crear mayor número de efectos y aportar mayor riqueza expresiva.
8. Antes de comenzar el paisaje, se puede realizar un boceto a lápiz que sirva de guía. El boceto se hace con un lápiz no excesivamente duro, un HB por ejemplo. En él se representan las líneas principales del dibujo y los contornos básicos. No es conveniente dibujar las sombras porque ensuciamos dibujo y colores.
9. Hay que cambiar el agua con frecuencia. Si no lo hacemos, los colores adquieren un tono gris y la obra pierde su fuerza y luminosidad. Hay que utilizar pintura más espesa para los pequeños detalles de color. Así conseguimos dar forma, contorno y fuerza al paisaje.
10. Se debe vigilar si la pintura diluida ha penetrado en las zonas claras o luces para retirarla a tiempo con un papel de secado o una goma de borrar.
11. Cuando el paisaje tiene un borde complicado ( por ej. el tejado de una serie de casas con chimeneas y antenas) el lavado debe comenzar el dicho borde. Para ello hay que colocar el dibujo de la forma más cómoda: cabeza abajo, al revés, etc. Las primeras pinceladas deben seguir el dibujo complicado para que el lavado acabe de forma plana y transparente.
12. No hay que usar el negro para oscurecer o sombrear, ya que ensucia los colores y los apaga.
13. Se debe tener en cuenta que al secar la acuarela pierde casi el 50% de su color a fin de conseguir en la medida de lo posible el aspecto deseado.
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